miércoles, 29 de abril de 2015

En la cátedra de intemperie


Abril de 2015. Agustín, Luna, las ovejas blancas y yo, que si ponéis un poco de atención, no os va a resultar difícil encontrarme...

Escuchando la 6ª sinfonía, "Pastoral", de Beethoven.

A menudo me encuentro con Agustín, con su perra Luna, y con el centenar largo de ovejas que por esas aulas pastorean.
Esto ocurre cuando me doy un garbeo por las proximidades de Salamanca, por esas tierras de las afueras de la ciudad que se desdicen de la urbanidad, y vuelven a ser lo primigenio: paisaje. Son estos, territorios que buscamos los paseadores de perros,deportistas de a pie o de ciclos, los desterrados del amor, o los escribidores sin letras. Los recorre un arroyo, o riachuelo que le dicen otros, o un regato que dirá alguno escapado de las páginas de Miguel Delibes y que tal vez se dedique a cazar ratas. Aunque yo, que tengo estas orillas muy meditadas, ratas nunca he visto, que sí patos, y tortugas varias, que soltarían algunos a los que se les enfrió el regalo de cumpleaños.
Pero, para ser precisos, es un arroyo mínimo, de los que apenas se adivina su línea en los mapas, pues es un hilo de un azul diluído que dibujan los cartógrafos para no traicionar su oficio. Os diré que es un flujo modesto que se envalentona cuando en las buenas primaveras andan los caudales sobrados. ¡Toma, como todos!...dice el otro. Yo lo he visto cerrado; como decimos por aquí, tan parado de hielo que anda en ese ser o no ser del "Saquespeare" que se gastan los inviernos últimamente por doquier.
Y también digo, que le tengo observado  que llegado el verano aguanta su sequedad como una boca sin besos.
Hubo un tiempo en el que este valle fluvial , además de por los rebaños lanosos, era visitado en paseos de recreo por los salmantinos que hasta allí se acercaban a golosear las mieles de la rusticidad.
Era el siglo XVIII, y un poeta ilustrado escribió un poema entre pastoril y picarón titulado"La flor del Zurguén". Es un poema que, la verdad, hoy se nos antoja algo cascabelero. El hombre que lo escribió se llamaba Juan Meléndez Valdés (1754-1817 ), y fue el que se acercó a  echar al arroyo unas letrillas, acaso para enfriar sus sofocos, acaso para que estas riberas tuvieran un son que cantar en su trashumancia de aguas.
Ah, y que buena moza hubo de ser la de la grafía de Juan.
Este arroyo que hemos dibujado en la difusa cartografía de esta crónica,  da nombre al barrio que habito, y luego de lamer campos, se nos viene a ahogar en el Tormes, muy cerca ya del viejo Puente Romano. Y ahí  le dejo siempre en mis paseos, como le dejamos ahora en este párrafo, para que pueda llevar tranquilo y orgulloso su poema a los hombres de la mar, que contar romances a extraños, lo tengo sabido, desahoga mucho. 
Vista de Salamanca (España) por el sur. EL camino a Miranda de Azán (Vía de la Plata) a su paso por Tierras de Aldeatejada. Abril de 2015. 

Y vuelvo con Agustín, y con Luna, y con sus pupilas melenudas en los garabatos de la hierba.
Con este pastor me echo unos parlamentos de mucha enjundia, y aprendo lo que no está escrito, pues el tiempo de los poetas románticos quedó pasado. Gracias a él me entero de cómo parvulean los campos de la cebada, del moceo de los del trigo, y de si le van saliendo los amarillos a las damiselas de la colza. También me cuenta de los oráculos que traen las nubes, esos deseados silos del agua, y de los rumores que acercan los aires vagabundos.
Son noticias que me dice, y que acaso no suban las Bolsas, ni las lonjas, ni hagan que bajen las cestas de nuestras compras, pero, qué cosas, a mí me aciertan mucho el ánimo. 
Otras veces nos metemos en los pastoreos políticos de los pagos patrios, donde, nos reímos, abunda tanta oveja negra y descarriá. A veces peloteamos con lo que acontece por esos grandes corrales que tiene el mundo, o de las cabañuelas electorales que nos traemos este año. O hablamos del fútbol de anoche, del cómo les fue a nuestros equipos encontrados, pero que allí los dos, puestos ambos ante unas gradas ovinas,y  en el césped común de la colina, nos trae ya si cuidado. 
Y la perra Luna nos escucha con los ojos muy abiertos, y va taquigrafiando todo con el rabo.
Yo sé que Agustín siempre lleva un pequeño transistor en su zurrón, y que su edad, y aguantar el palique de todo aire, contemplar el ancho horizonte que hace en mundo, momologar tanto silencio, subir y bajar los caprichos del terreno, y seguir las burbujas de la meteorología, hacen que él tenga las cosas muy bien caviladas, y los asuntos muy asentados para parlamentar.
Y de Luna,os diré que es comedida, que no niega el cariño; pero que tampoco lo regala. Se mueve con sigilo entre las merinas, y pocas veces se la oye ladrar, pues, como aquella maestra que tuve yo en la EGB, le basta una mirada para poner orden en el gran aula de los pastos libres.
Sí, os digo, siempre me alegra cuando los veo a lo lejos legitimando horizonte, y me agrada pasar con ellos un buen rato en su redil. Y hasta me da pena, lo confieso, cuando me tengo que despedir de este catedrático de intemperies y su fiel y cauta secretaria.
La última vez que estuve con Antonio le pregunté si se sabía las letrillas de Meléndez Valdés. Entonces él desplegó en su cara la página de la sonrisa; y me habló de una escuela rural donde un coro declamaba un poema perdido hoy en las antologías.
Y yo miraba los pacientes meandros que el arroyo hace en el valle como no queriendo llegar a su morir, cuando oí la rasposa, pero infantil y machadiana, voz de Antonio:

(...) Parad, airecillos,  /  parad, y veréis  / a aquella que ciego / de amor os canté, 
a aquella que aflige / mi pecho crüel, / la gloria del Tormes,  / la flor del Zurguén. (...) 

Publicado en el diario digital
Salamanca rtv al Día,
29 de abril de 2015
Ángel de Arriba Sánchez
El Escribidor del Tormes




martes, 28 de abril de 2015

Tarjeta blanca para las letras


Ilustración de Quint Buchholz 

23, y abril, Día del Libro.

Hoy oficiamos en el alto altar del calendario una homilía para las letras de papel. Sí, hoy es el tiempo en que acudimos vestidos de domingo a las grandes capillas de las plazas urbanas, y nos vamos a casa bien comulgados, pues quien más y quien menos se lleva una de esas hostias rectangulares, voluminosas, de blanca celulosa y casi paralelepípedas que llaman libro.

Yo he sido librero durante 15 años, y recuerdo el trajín en la madrugada de este día para acercarnos a mercar a la Plaza Mayor de la ciudad. Allí llegábamos con nuestras borriquetas, tableros, paños para amantelar la mesa, y un montón de cajas con los cientos de volúmenes que habíamos estimado serían del interés del lector. Y luego ya, durante todo el día permanecíamos en los soportales, detrás de aquel improvisado mostrador, como monaguillos entregados atendiendo a las filas de devotos que se acercaban.

España es un país en el cual en el año 2014 se cerraron dos librerías cada día. Son datos de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de libreros ( CEGAL), y esto a pesar de la reinvención que muchas de ellas están haciendo para adaptarse a los nuevos tiempos, como montar en sus locales cafetería, venta de libros digitales, promover actos y reuniones culturales, diversificar productos y demás. También es cierto que se abrieron 226 nuevas; pero en los años de esta pertinaz crisis que arrastramos, el número de librerías independientes (sin contar grandes superficies ni cadenas) ha mermado hasta dejarlo en la actualidad en 3.650, lo que hace que halla 7,8 librerías por cada 100.000 habitantes.

Y además, para que nadie se quede sin la eucaristía buena de lectura en su sillón orejero, los libreros salen al menos dos días al año a nuestro encuentro por las plazas.

Uno de estos días es hoy, 23 de abril, en el que se celebra la muerte de Miguel de Cervantes, santo patrón de la letra hispánica, en un país en el que el 55% declara no ser lector. También es el día de san Jorge, y por Cataluña anda el hombre alanceando dragones de la ignorancia. Y dando rosas a las damas, que la caballería siempre ha sido muy galante.

Vaya el primer homenaje que quieren hacer estas letras para ellos: los libreros, esos seres misteriosos, entusiastas y entregados que siempre custodian y reparten de la magia que los escritores intentamos meter en las letras.




Otro de los efectos de la crisis en esta España nuestra fue que, a la primera de cambio, muchas cajas de ahorros cerraron las bibliotecas que auspiciaban en los barrios más populares de las ciudades.

Que costaba mucho mantenerlas, nos dijeron, que si la calefacción, que si la luz, que si los bibliotecarios tenían la mala costumbre de cobrar nómina, que si había que dotarlas de novedades, con lo bien que está el Quijote para releerlo hasta que uno se vuelva loco y le dé por echarse a los caminos; y que si esto o lo otro sujeto a los ratios…

Y nos quitaron los "Ratos" de futuro de la lectura por los barrios,  esos campos menos cultivados.

Y no lo decían, pero se oía a voces sordas por todo el país, y por todo asunto europeo: ¡El que quiera cultura que se la page!

Nadie sabe si los consejeros munícipes de estos cajones de los cuartos de las ciudades, tomaron tales decisiones de cerrojazos en una reunión, o repartieron tan cruda resolución en varias de 600 € por asistencia.

Pero acaso la causa de la balanza mal inclinada fuera que las tarjetas Blacks, o doradas, o verdes o azules, pesaban mucho en los balances de cuentas, aunque no tanto como sus zambullidas inmobiliarias, o sus experimentos en las altas finanzas, o sus preferencias preferentes.

Aquí, en Salamanca, donde yo habito la pobre página de mi vida, el caso ha sido que las bibliotecas de los barrios de Pizarrales, Garrido y San José cerraron sus puertas,y los locales que durante décadas habían sido faro cultural para prevenir las anchas tempestades de la ignorancia, quedaron varados en sus libros de cuentas.

Hablaré del caso que conozco de cerca.

Y éste es el del Barrio salmantino de San José, donde sus vecinos, y un nutrido voluntariado de aquí y de allá, aunaron fuerzas e intenciones para paliar la diáspora a la que de repente se vieron sometidos los libros. Y con mancomunado empeño lograron, hace más de un año, abrir la “Biblioteca Popular Giner de los Ríos” en los viejos locales de la Escuela de Educación de Adultos del barrio.

No hace mucho asistí a una de sus reuniones al caer la tarde. Allí acudieron nueve mujeres voluntarias después de haber cumplido sus jornadas nominales, a resolver y dialogar los asuntos que el mantenimiento diario de este silo de maravillas les acarrea. La biblioteca se abre 7 horas al día, por la mañana y por la tarde, y ellas, y otros muchos, se reparten las horas para atender a los usuarios, para organizar los talleres que realizan, las sesiones de Cuentacuentos, y, sobre todo, para catalogar las cajas de libros que la Caja de Ahorros les donó de los locales cerrado, y luego, con meritoria dedicación, distribuirlos por los estantes; esos nidales para las palomas de los libros.

Y me emocionó ver cómo se preocupaban por disponer los volúmenes de tal manera que fuesen fáciles de coger para los niños; como si quiseran dotar al futuro de la lectura de buenos puertos, de un aeropuerto fiable para que las criaturas puedieran embarcarse bien para soñar su hoy, y navegar su mañana...

Algunas tardes, cuando llego, veo la sala de lectura llena de niños, y me parecen abejitas libando páginas, ay, esas flores, ese polen que ofrece la letra oculto y ofrecido en los libros. Y si es por la mañana cuando voy, me encuentro a algunos ancianos saboreando la miel que han dejado en las páginas los siglos, u ojeando un periódico local que una usuaria suscriptora les lleva cuando en su casa ya lo han leído.

Porque allí no hay un céntimo, aunque, eso sí: muchas ganas e ilusión.

Y cuando se reúnen nadie les paga dietas, aunque –como he podido comprobar- cada una se salta la suya, pues cada cual acuden con algo hecho en su cocina: tortilla, exquisito pan, empanadas, bizcochos, el vino de la letra siempre propicio a los diálogos…

Quiero terminar con un homenaje a estas mujeres y hombres que hacen que en nuestro barrio no tengamos un Día del Libro, si no 365.

Y es que para que se lea, se amen los libros, para que se dialogue con las letras, acto que siempre es una siembra, las librerías y las bibliotecas tienen que estar abiertas. Y para ello no se necesitan tarjetas Black, ni verdes ni “colorás”; sólo una blanca provisionada de muchos fondos de amor al oficio, entusiasmo, ilusión, y, sobre todo, lo que de sobrado tiene todo voluntario:Voluntad.

Y recordad que siempre se hace feliz el día en un libro.

Publicado en el periódico digital
Salamanca rtv al Día
23 de abril de 2015

Ángel de Arriba Sánchez
El Escribidor del Tormes

jueves, 16 de abril de 2015

De la Pasión, y pasiones políticas...


 "Cartas alemanas" , segunda parte. Viene de la entrada: "El gozo en la yerba".

Tengo, como ya se sabe,  una amiga alemana que este curso se nos ha venido a realizar un Erasmus.


Está encantada con Salamanca, y con todo lo que ve por acá.

La Semana Santa nuestra le interesa mucho, pero en estos días pasados hubo de regresar a Berlín, pues le reclamaban unos asuntos con una familia que tiene en Grecia, o algo así. Pero antes de ayer, Lunes de Aguas, ya había regresado. Y fue en esta pastoral tarde, en el lío de la yerba con los hornazos, limonadas y demás, cuando me pidió que le contara algo de la tradición de las procesiones. Yo le había enseñado ya fotos de los desfiles nazarenos de estos días, y andaba la mujer con la pena de habérselos perdido.

Comencé explicándole que la cosa se dividía en parroquias, y que en cada parroquia, ya se sabe, había especial devoción por un santo particular. Luego seguí que a cada grupo les gustaba un determinado color para sus ropajes, y que ese cromado les servía para diferenciarse de la colación vecina. Dije también que en la Semana Santa era cuando salían a las calles con sus prendas de devoción,a captar fieles y a inclinar intenciones, y que los más formidos de cada cofradía eran los que llevaban sobre sus hombros las carrozas partidarias. 

Y que los demás salíamos a las calles a guardarles el paso, con torrentes de lágrimas a veces, o en mudo corrillo otras, u orquestando caceroladas ,que son músicas destempladas, cuando lo que vemos no es de nuestro aliento.

Pero que los más, insistí, nos quedamos quietos viéndolos pasar; como a dos velas.

Yo no sé si mi amiga alemana se estaba enterando de algo cuando le contaba esto, pero diría, por los ojos que le vi, que algo le estaba llegando. Ella lamentaba mucho haberse tenido que ir, y no haber visto la legendaria tradición de la Pasión hispana, y como me pareció verle unos ribetes de pena, pues que me propopuse consolarla.

No te apures, mujer, le dije, que tienes suerte, que como este año es electoral hasta aburrir, las procesiones de las parroquias políticas las vamos a tener casi a diario. Y entonces separé del mantel la tortilla de patata, el hornazo,las demás viandas..., y saqué mi cuaderno para empezar a dibujar.

Mira,me inicié, en primer lugar desfilan los azules. Estos son de un tiempo a esta parte los cofardes que más devoción suscitan. Son los que mandan, pues tienen "La Santa Voluntad Popular" , y con túnica o sin ella, con capirote o al descubierto, hacen y deshacen casi a su antojo. Son devotos del flagelo de las cuentas comunes, del recorte social, de dar cilicio al Estado del Bien Estar; amigos de los canónigos de la Banca, de los sacristanes de lo empresarial de tendencia suiza, y del látigo y de la larga llaga de no llegar a fin de mes para los asalariados. Y de pasar el cepillo de la hacienda allá por donde van, también.Eso es lo que da, le explico, haber tenido en la última procesión la mayoría en la Sagrada Urna Electoral, que, como ves, es lo que procesionan en su carroza. Su capataz es hombre serio y de palabra contenida, pero ahí le tienes arrengando a sus muchachos: ¡Vamos, con orgullo, con más piel..., que se note que sois del PP...!



Y claro, mi amiga me dice que qué es eso del PP, y le cuento que son de la cofradía de los PleniPotenciarios.

Los siguientes, continúo, son los colorados, que conocieron tiempos mejores, pero que últimamente lloran en busca del Santo Voto Perdido. Andan algo difusos, con la identidad un poco desteñida,repartidos por sacristías encontradas, y con una mística que no se sabe si es de izquierdas o de un centro fofo. Aunque ahora van más decididos, y su joven capataz apenas puede silenciar a estos costaleros que le han traído de Andalucía y que avanzan al paso de : ! ERE,que ERE, Osú...! 

La siguiente carroza es la de los morados, o púrpuras, o violetas, que uno no sabe muy bien por donde se tintan estos muchachos. Son nuevos, y aunque al principio no eran de procesionar, ahí que se han echado carroza y desfilan como locos con sus Sacros Anillos del Creciente Poderío.

A estos les siguen los naranjas. Unos advenedizos, les llaman los que en esto de carrocear por las calles electorales tienen tablas, pero ahí llegan con paso sigiloso llevando en su carroza a la Santa Bisagra, advocación menor en la política patria, pero que va cobrando sus adeptos.

Y los de la carroza verde que les sigue, son un grupo de gente desunida de izquierdas que debían ser rojos, pero que bajo tantos clarines han desfilado, y que han oficiado durante tanto tiempo de monaguillos en los altarcillos del poder, que le han cogido el gusto , se han relajado, y les han salido unos brotes musgosos que ni sé, así que procesionan una cosa poética que llaman el Largo Suspiro.

Y al final, que casi ni se les ve, vienen los magenta. Estos prometían, le digo a mi amiga alemana, pero que últimamente se han enrredado en herejías, en separaciones, en desplantes entre sí, y andan en consecuencia intentando llevar como pueden a la Señora de la Buena Extinción.


Y mi amiga me mira risueña, le brillan los ojitos como a los gatos, y por un momento sospecho que esto que le cuento ya se lo sabía...

Y es que ya vamos aprendiendo que no se puede subestimar a los alemanes.



Me pide otro trozo de hornazo, sirvo un poco más de tinto, y nos aplicamos a las tajadas; cosas que hasta los legos saben que son de más enjundia, cuando se anda por la hierba.

Publicado en el periódico digital
Salamanca rtv al Día,
miércoles 15 de abril de 2015.

Ángel de Arriba Sánchez
El Escribidor del Tormes

martes, 14 de abril de 2015

El gozo en la yerba

"Cartas alemanas", primera parte.




Tengo una amiga que se ha venido de Alemania a realizar este año un Erasmus a nuestra ciudad, Salamanca.

En esta Semana Santa, se ha ido a su país de vacaciones, ay. 

Se llama Ángela Merkel, y no me vengas tú también con la casualidad, pues me dice, que eso allí es como llamarse aquí Paquito Pérez. 

Bueno, pues el caso es que me pregunta que qué es esto del "Lunes de Aguas" que celebramos hoy. Yo le digo, claro, que una tradición de la ciudad, que debemos ser, conjeturo, la última que finiquite la Semana Santa en España.

Esto es entretenido de contar, le digo a la buena moza, como te digo a ti ahora por si te llaman otros asuntos...

Y entonces, como yo estoy por explicar, y ella, ay ella, que está tan teutónica, pues que le digo que la cosa viene de los medievales tiempos en los que no se andaban con medianías. Y sigo con que cuando entraba el toque de queda de la cuaresma, a las meretrices las sacaban del recinto.

Y , hala, los estudiantes del famoso Estudi Salmantini, a procesionar sus fulgores por donde pudieran, y a proferir latines desasosegados por las alcobas.



Pero llegados los días en que las púrpuras estaban cumplidas, saneados los arcones eclesiásticos con las bulas de tantos pecados carnales, llegaba el lunes de aguas.

Y mi amiga, la alemana me dice : Ah. ¿Sí...?; como si le estuviera importando.
Y sí, que te digo, que tal día como hoy,era cuando los desfogues tenían su cauce. Pero, cauce, lo que se dice cauce, solo había uno, el del Tormes, y para cruzarlo también un solo puente que se le había ocurrido construir a un romano, y, ya de puestos, pedir monedas de peaje. 
Así que a las que habían mandado a la otra orilla después de enterrar la sardina, ahora las tenían que ir a buscar en barcas. Así que a bregar; con los remos, digo... Y el encargado de poner orden en este desembarco desaforado de Normandía ni siquiera conjeturado, era el llamado "Padre Putas", que no se diga. Y allí iba el religioso en el trasiego de lo que no puede demorarse en la juventud. Pero eso sí: que esto ocurría en Salamanca, y entonces (qué tiempos) aún esta ciudad era de las que inventaban algo, aunque solo fuese idioma. Así que para que no hubiera confusión, donde no tenía que haberla, pero la había, y mucha , a las embarcadas, a las que retornaban a la ciudad tunante, les prendían ramas en los vestidos; y de ahí viene el conocido nombre de "Ramera".

Y la Alemana: ¡Ah, sí...!

Y tú no me lo dices , pero ya te estás aburriendo...¡Pues anda, que no queda historia!

Y luego se nos quedaban todos de jolgorio en la ribera, y como el entretenimiento y la variedad debía ser amplia, pues eso: que había que echar de comer y de beber, y de ahí viene lo del hornazo del lunes de aguas.

Ya,ya; me dice la bella germánica. Y lo de los pasos de tu ilustración: ¿pero no se acababan las procesiones el domingo de Resurrección?...

Ya, ya, le digo , ( a ver si es que voy a a saber alemán) ,eso te lo cuento otro rato, que ahora tenemos que cruzar el río y merendar en la hierba.

Continúa en este blog. Post: "De la Pasión, y pasiones políticas..."

Ángel de Arriba Sánchez
El Escribidor del Tormes

miércoles, 8 de abril de 2015

Hojas sueltas de Teresa

Vista de Alba de Tormes, Salamanca (España), domingo 29 de marzo de 2015.


De Alba al cielo.

Miguel de Cervantes Saavedra, 1614,
final del poema dedicado a la beatificación de Teresa de Jesús


"No tengas pena,que yo te daré libro vivo." Esto es lo que cuenta en su "Libro de la Vida" Teresa Sánchez de Cepeda y de Ahumada, que le dijo El Señor cuando le impidieron que leyese los textos que le eran queridos.

El pasado lunes 23 se inauguró en Ávila, y en Alba de Tormes, la edición conjunta de la vigésima edición de las meritoria muestras de "Las Edades del Hombre" con el que comienza el Año Teresiano que celebra los 500 años del nacimiento de la santa Teresa de Jesús.

Fue Teresa gran mujer en tiempos de hombres grandes, y donde abundaban los chicos; de carnes en constante flaqueza de salud, y de espíritu huidizo y muy recadero. Nació un 28 de marzo de 1515, miércoles de pasión, en tierras de Ávila, tal vez en la capital de la provincia, o puede que en la localidad de Gotarrendura, donde su padre tenía casa, hacienda y un palomar donde la niña empezaría a levantar el vuelo. Y se le fue la vida en el afán de fundar conventos como quien siembra por la tierra nidales para los voladores del espíritu, y en la mucha pasión terrena que en todo ponía lo lunes, los martes, y demás días de la semana.

Es una reina de las letras castellanas, y su lectura resulta próxima y cercana, acaso por aquella "gracia descuidada" que dijo que tenían sus textos Fray Luis de León, quien no en vano fuera editor e introductor de la primera edición de su " Libro de la vida" ( Salamanca, imprenta de Gillermo Foquel, 1588).

Así, por ejemplo,les decía a sus hermanas que no pretendieran alcanzar a Dios a través de grandes andamiajes místicos, pues a éste se le podía encontrar trajinando en los fogones, atendiendo el bullir de los pucheros.

Y sin embargo, en qué alturas tan insondables lo encontraba a veces ella.

Y no de forma muy diferente ocurre en estos tiempos de tantos gastronómicos y gástricos dioses de la cocina; y de fusiones, decostrucciones,espumas y nitrógenos varios con que nos mistifican los recetarios estos masters chefs de muchas estrellas, y algún que otro michelín. 

Y es que hasta unas lentejas con chorizo se nos quieren volver hoy etéreas.

La mujer viva, la de letra vivificadora, la de no poco astucia y mucho coraje, la que andaba los caminos y se llenaba las sandalias de polvo, es la que me interesa a mí, y no la de las reliquias en cajitas de plata.

Y qué cosa no será eso de los milagros, que en estos tiempos de tan generalizada podredumbre, es el contenido de los relicarios de lo poco incorruptible que queda por el suelo patrio.

En fin, amigos, os recomiendo la muestra de Alba de Tormes y Ávila, ciudades que por lo demás bien merecen una visita. La muestra no nos muestre acaso la gracia de Teresa, pero sí el arte de varia sacralidad que hizo brotar en los siglos en torno a su figura. Y si no os es posible acercaros, pues nada, recordad que ella nos dijo que hay un gran bibliotecario por el mundo dándonos constante lectura viva que atender.

Página viva de Alba de Tormes, Salamanca (España), 22 de marzo de 2015

Y que os deis un paseo por sus letras,también, que no os resultarán fatigosos los afanes diarios que nos cuenta la monja, y sí cercanos, mundanos, como vueltos a caminar por estos tiempos. Será porque los trajines de alguien con el mundo, consigo mismo y con sus dioses altos o pequeños, no mudan de naturaleza con los siglos.

Acaso Teresa quiso que su prosa fuese llana aunque no prosáica, pues para mí tengo que ella misma les dio cilicio a sus letras. Sospecho que el desgarbo que se atribuye a su escritura obedece a la intención de salvar sus hojas, pues con el ayuno de expresión y la abundante poda de los ramajes de sus párrafos, la santa se hacía tolerar sus textos por parte de los inquisitorios. 

Todo fuera por evitar la disciplina de rueda que vio le daban los calzados a aquel frailecillo coetáneo suyo, Juan de Yepes, que por vuelos tan subidos hubo de pagar largas agonías, sí, pero que llegó a alturas verbales tales, que aún hoy pocos han escalado. Sobre este amigo de la monja que nos ocupa, san Juan de la Cruz, y que fuera quien primero clamara por la publicación de su libro vital, os recomiendo el mágico librillo del maestro de la prosa castellana José Jiménez Lozano "El mudejarillo" ( Ed. Anthropos, 1992).

Ay, a uno le da por pensar, qué no hubiera alcanzado Teresa también de haber podido volar a sus anchas.

Y es que aquellos varones revestidos con su brea intransigente, no entendían las glorias que que aquella mujer iba diciendo por los campos.

Pero esto quién puede saberlo.

Acaso sólo las palomas que zurean en esas pagodas de la distancia, en esas ermitas donde rezan los vientos transehuntes, en esas fondas donde reposar los vuelos que siempre han sido los palomares de Castilla.

Publicado en el periódico digital
Salamanca rtv al Día,
miércoles 25 de marzo de 2015.


Ángel de Arriba Sánchez
El Escribidor del Tormes