Microrrelatos

EL DINOSAURIO

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.

Augusto Monterroso


Parece mentira que estas siete palabras, una coma, un punto, tres tildes y seis espacios - sin contar el título-, tan poca cosa, vaya, hayan cambiado la Literatura y, paradógicamente, hayan vaciado tantos bidones de tinta en las imprentas para escribir millones de textos.
Es el microrrelato más famoso, y una vez  escuché durante toda la noche teorías sobre él.

Pero ahí lo dejo, abreviando.

En esta separata intentaré hacer un cercado, para ver si los dinosaurios de mi imaginación  entran en él a  pastar el ( tan de moda hoy en tiempos de recortes y twitter) escaso  hierbazal de los microrrelatos...


Microrrelatos propios




EL PELIGRO DE LA SABIDURÍA

Qué le ocurriría al escultor que grabó sobre la piedra, en el templo de Apolo de Delfos: "Yνῶθι σεαυτόν...".  
Sí, me he peguntado a menudo, qué causa le impidió volver sobre el andamio y continuar la frase: ¿Algún lance de amor...?, ¿alguna guerra armada a última hora contra los persas...?, ¿alguien le asaltó por el camino de regreso...? 
No lo sabía, pero ahora que he sido herido por la flecha del dios,- el que hiere de lejos- he sabido que ése escultor, y acaso también Sócrates,  pero éste de   otra manera más fatal,  serían los pocos que, aún legible  sobre el mármol la frase:"Conócete a ti mismo", la comprendieron,la acataron y fueron consecuentes; pues cuando así se hace se conoce que la prosigue : " ...Y sal corriendo". 
Y ya os dejo, que me urge empezar mi despavorida carrera.







MAL DESPERTAR

Nunca hubiera creído que mi despertar causara aquella muerte. El enterrador, tampoco.




 IDENTIDAD
Lo buscó por todas partes, preguntó a todos con los que se encontró, siguió el rastro de todas las cosas que tenía; pero no le encontró.
Sólo al verlo reflejado, comprendió que nunca había salido de sí.






LA FALSA MUSA
Cuando dio el último golpe con el cincel, descubrió con espanto que en el mármol no había nadie...


RAZONES DE CORAZÓN
Todo me viene del corazón, pensaba el hombre al bajarse de su porsche plateado, y al entrar en su casona, y al besar con doméstica lascivia a su despampanante mujer. 

Y lo pensaba cuando se metió en su cama de diseño,el reputado cardiólogo, justo antes de empezar la cirugía de sus sueños.




































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