domingo, 25 de enero de 2015

Un país en las nubes




A veces pienso que nos han cambiado el país.

Hay días, al revisar los noticiarios, en que creo que nuestra querida España se llama ahora “Nubalia”, nombre éste que me vino de pronto para nombrar éste estar cada uno en su nube,  que se ha puesto de moda. Pero la barra del señor Google, el tipo de grandes gafas que se lo sabe todo, me ha dicho que existe una empresa con tal nombre que se dedica a no sé qué, y un montón de miles de referencias más. Era de esperar en estos tiempos tan aéreos, pero dejo el nombre, que este domingo no tengo ganas de podar los prontos de mi imaginación.

Dicho esto, sigo contando que hace unos días, en mi página de Facebook, puse una foto de Tania Sánchez Melero, mujer en alzas políticas por la parte izquierda, en el momento de declarar su ignorancia, cuando era concejala de Festejos, Cultura y demás… en el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid. A la imagen la acompañé del texto siguiente:

El "Efecto infanta" está haciendo estragos por los bancos de interrogación...Así llamo a este "No sé, yo no me enteraba de nada, tenía que haber puesto más cuidado...". Pero Tania, ¿cómo no ibas a saber si tu hermano estaba de cherifonte el la cooperativa de marras...?
Ya te digo, la otra: la infanta de naranja, y esta rubiatez de los madriles: la infanta de limón.
Qué bien me caías, Tania, por tu indudable valer político y por tus logros sociales...

La nota ha sido seguida, y ha tenido variopintos comentarios. La mayoría manifiestan, como yo mismo, que bueno, que alguien que participa de la adjudicación de 29 contratos entre los años 2002 y 2008 por un importe de 1,3 millones de pesetas, tal vez no deba saber mucho de los intestinos de la empresa beneficiaria, pero que si la empresa, en la que tú misma recibiste cursos juveniles, que además tiene el domicilio social en la casa de tus padres, y que el administrador único es tu hermano:  ¡Pues hombre, mujer…!

Hay otras opiniones que la condenan a priori: ¡Hala, por vía visceral! Otros cibernautas acuden en su defensa y sacan la socorrida pancarta de la conspiración, del acoso y derribo  contra la pobre candidata por Izquierda Unida a presidir la Comunidad de Madrid

Algunas mujeres, en referencia  cruzada a doña Cristina de Borbón que en sus declaraciones se anduvo también por esas nubes, deja su lamento porque estos hechos puedan ir en detrimento de los logros de las mujeres, y que regresemos a los medievales tiempos en que cuando  excelsas mujeres como Teresa de Ahumada (Santa Teresa de Jesús), decían sus glorias, los varones replicaban que era cosa de “Ciencia infusa”, pues aquellos alcances  de la inteligencia, no era cosa de féminas.

Una de estas respuestas, de un compañero virtual, me decía que yo prejuzgaba con mi opinión, y que se me veía el plumero... Todo de buen tono, entiéndase, y manifestaba  un sano ejercicio de controversia de mis palabras. Y esto me gusta, pues creo que es lo mejor que puede haber: que alguien te convoque a revisar tus ideas, y que con las suyas te teste, te haga un vareo de convicciones para ver qué frutos aguantan en sus ramas.

Yo agradecí su respuesta, claro, medité sus razones, y me pregunté si acaso no tendría razón y me había excedido en el ejercicio de mi libertad de expresión de un tema que, después de todo, me llega como tantos de oídas mediáticas.

Ocurre que procuro leer todos los periódicos para ver cómo nos va la feria patria. Reviso la misma noticia en unos y en otros, e incluso, confieso, como tantos, miro a la lozana de turno de la contraportada del diario deportivo “As” mientras espero que el camarero me de las vueltas. En lo del plumero, pues lo tendré, como todos, pero me gusta pensar que es el mío propio, el conseguido por el sopeso de ideas contrapuestas y pasadas por el tamiz de mi propia reflexión. Y para ello procuro quedarme en soledad por el patio de los decideros, y en bendita libertad de aprensión, para así observar con distancia. Aunque, claro, esto bien puede ser un auto engaño…

Pero  cuando subí lo referido a la red social, yo no conocía, (lo juro), el artículo que el pasado martes 20 de enero publicaba el diario ABC (Adjunto imagen), ni la reproducción del tuit  del 1 de abril del 2012 en el que Tania Sánchez escribía : “Cómo puede la Infanta no saber nada de los negocios de su marido. O de cuánto nos cuesta la monarquía”. Y en él incluía un enlace a un artículo (creo que hoy censurado) de Lucía Etxevarría titulado " La infanta es tonta y analfabeta"... (Adjunto imagen.)

Tuit  de Tania Sánchez, publicado por el diario ABC el 20 de enero de 2014.

En el artículo citado (de los autores L.L. Caro / J. F-Miranda), se comentaba que Tania había alabado la dimisión de Willy Meyer, eurodiputado de su mismo partido, cuando trascendió que se beneficiaba de unos fondos de pensiones, y que en consecuencia, ella debería, como ya le piden desde la dirección de su partido, hacer lo mismo…

Todos erramos, que de humanos es, y yo mismo yerro más de lo que me gusta reconocer. Pero creo, apartando la falsa modestia, que cuando gracias  a los demás, o a mí mismo, caigo en la cuenta de mi error, sé disculparme, pagar las consecuencias, y ponerme a los ejercicios de  enmienda, cosa tan extraña en la política nacional de estos tiempos.

Y esto es saludable en lo personal, cuanto más en las gentes de las responsabilidades del poder.

Pero, y esto es lo que quiero poner de relieve con esta viñeta, en este país parece que la amnesia, (Cristina de Borbón, Tania Sánchez, otros más), o el estar en las nubes (como parece que se andan un poco los amigos enfrentados del PSOE y con los ¡ERE que ERE, osú...!),  o echar los balones fuera del " anda que tú...", o los de esas ingenierías de atril (tan poco creíbles) que tan bien se le dan a doña Mª Dolores de Cospedal ( La caja “B” que encontró el juez era de Bárcenas), y a los de su partido con tantas tramas entramadas, como la de la señora Ana Mato de afortunados encuentros; o a esas presuras, olvidos y desdichos que se traen los  chicos que van pudiendo

Sí, ya te digo: esto parce una infección viral, ahora que pasamos la del ébola.

Estas no son más que unas letrillas de escribidor, de opinador chiquito, de dibujador voluntarioso, pero con las que quiero rendir homenaje a los que ejercen noblemente el oficio del periodismo, cuyo patrón, san Francisco de Sales se celebró ayer día 24 de enero.

Yo que he arribado con mis crónicas (sin ser arribista) a este ejercicio del contar, espero hacerlo de manera acertada, o al menos amena, pues tu tiempo, amigo lector, me merecen todo el respeto.

Que san Francisco nos conserve los ojos para ver, el lápiz para escribir,y la goma para borrar. 

Y la memoria para no olvidar nuestros errores.

Ángel de Arriba Sánchez.
El Escribidor del Tormes


Articulo en ABC, 20 de enero de 2014.








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