A veces pienso que nos han
cambiado el país.
Hay días, al revisar los
noticiarios, en que creo que nuestra querida España se llama ahora “Nubalia”,
nombre éste que me vino de pronto para nombrar éste estar cada uno en su
nube, que se ha puesto de moda. Pero la barra del señor Google, el tipo de grandes gafas que se lo sabe
todo, me ha dicho que existe una empresa con tal nombre que se dedica a no sé qué,
y un montón de miles de referencias más. Era de esperar en estos tiempos tan
aéreos, pero dejo el nombre, que este domingo no tengo ganas de podar los
prontos de mi imaginación.
Dicho esto, sigo contando
que hace unos días, en mi página de Facebook, puse una foto de Tania Sánchez Melero, mujer en alzas
políticas por la parte izquierda, en el momento de declarar su ignorancia,
cuando era concejala de Festejos, Cultura y demás… en el Ayuntamiento de Rivas
Vaciamadrid. A la imagen la acompañé del texto siguiente:
El
"Efecto infanta" está haciendo estragos por los bancos de
interrogación...Así llamo a este "No sé, yo no me enteraba de nada, tenía
que haber puesto más cuidado...". Pero Tania, ¿cómo no ibas a saber
si tu hermano estaba de cherifonte el la cooperativa de marras...?
Ya te digo, la otra: la infanta de naranja, y esta rubiatez de los madriles: la infanta de limón.
Qué bien me caías, Tania, por tu indudable valer político y por tus logros sociales...
Ya te digo, la otra: la infanta de naranja, y esta rubiatez de los madriles: la infanta de limón.
Qué bien me caías, Tania, por tu indudable valer político y por tus logros sociales...
La nota ha sido seguida, y
ha tenido variopintos comentarios. La mayoría manifiestan, como yo mismo, que
bueno, que alguien que participa de la adjudicación de 29
contratos entre los años 2002 y 2008 por un importe de 1,3 millones de pesetas,
tal vez no deba saber mucho de los intestinos de la empresa beneficiaria, pero que
si la empresa, en la que tú misma recibiste cursos juveniles, que además tiene
el domicilio social en la casa de tus padres, y que el administrador único es
tu hermano: ¡Pues hombre, mujer…!
Hay otras opiniones que la
condenan a priori: ¡Hala, por vía visceral! Otros cibernautas acuden en su
defensa y sacan la socorrida pancarta de la conspiración,
del acoso y derribo contra la pobre
candidata por Izquierda Unida a
presidir la Comunidad de Madrid.
Algunas
mujeres, en referencia cruzada a doña
Cristina de Borbón que en sus declaraciones se anduvo también por esas nubes,
deja su lamento porque estos hechos puedan ir en detrimento de los logros de
las mujeres, y que regresemos a los medievales tiempos en que cuando excelsas mujeres como Teresa de Ahumada (Santa Teresa de Jesús), decían sus glorias, los
varones replicaban que era cosa de “Ciencia infusa”, pues aquellos alcances de la inteligencia, no era cosa de féminas.
Una de estas respuestas,
de un compañero virtual, me decía que yo prejuzgaba con mi opinión, y que se me
veía el plumero... Todo de buen tono, entiéndase, y manifestaba un sano ejercicio de controversia de mis palabras.
Y esto me gusta, pues creo que es lo mejor que puede haber: que alguien te
convoque a revisar tus ideas, y que con las suyas te teste, te haga un vareo de convicciones para ver qué frutos aguantan en sus ramas.
Yo agradecí su respuesta,
claro, medité sus razones, y me pregunté si acaso no tendría razón y me había
excedido en el ejercicio de mi libertad de expresión de un tema que, después de
todo, me llega como tantos de oídas mediáticas.
Ocurre que procuro leer
todos los periódicos para ver cómo nos va la feria patria. Reviso la misma
noticia en unos y en otros, e incluso, confieso, como tantos, miro a la lozana
de turno de la contraportada del diario deportivo “As” mientras espero que el
camarero me de las vueltas. En lo del plumero, pues lo tendré, como todos, pero me gusta pensar
que es el mío propio, el conseguido por el sopeso de ideas contrapuestas y
pasadas por el tamiz de mi propia reflexión. Y para ello procuro quedarme en soledad por el patio de los decideros, y en bendita libertad de aprensión, para así observar con distancia. Aunque, claro, esto bien puede ser un auto engaño…
Pero cuando subí lo referido a la red social, yo no conocía, (lo juro), el artículo
que el pasado martes 20 de enero publicaba el diario ABC (Adjunto imagen), ni la reproducción del tuit del 1 de abril del 2012 en el que Tania
Sánchez escribía : “Cómo puede la Infanta no saber nada de los negocios de su
marido. O de cuánto nos cuesta la monarquía”. Y en él incluía un enlace a un artículo (creo que hoy censurado) de Lucía Etxevarría titulado " La infanta es tonta y analfabeta"... (Adjunto imagen.)
Tuit de Tania Sánchez, publicado por el diario ABC el 20 de enero de 2014. |
En el artículo citado (de los
autores L.L. Caro / J. F-Miranda), se comentaba que Tania había alabado la
dimisión de Willy Meyer,
eurodiputado de su mismo partido, cuando trascendió que se beneficiaba de unos fondos
de pensiones, y que en consecuencia, ella debería, como ya le piden desde la
dirección de su partido, hacer lo mismo…
Todos erramos, que de
humanos es, y yo mismo yerro más de lo que me gusta reconocer. Pero creo,
apartando la falsa modestia, que cuando gracias a los demás, o a mí mismo, caigo en la cuenta
de mi error, sé disculparme, pagar las consecuencias, y ponerme a los
ejercicios de enmienda, cosa tan extraña
en la política nacional de estos tiempos.
Y esto es saludable en lo personal, cuanto más en las gentes de las responsabilidades del poder.
Pero, y esto es lo que
quiero poner de relieve con esta viñeta, en este país parece que la amnesia, (Cristina
de Borbón, Tania Sánchez, otros más), o el estar en las nubes (como parece que se andan un
poco los amigos enfrentados del PSOE y con los ¡ERE que ERE, osú...!),
o echar los balones fuera del " anda que tú...", o los de esas ingenierías de atril (tan poco
creíbles) que tan bien se le dan a doña Mª
Dolores de Cospedal ( La caja “B” que encontró el juez era de Bárcenas), y a los de su partido con tantas tramas entramadas, como la de la señora Ana
Mato de afortunados encuentros; o a esas presuras, olvidos y desdichos que se traen
los chicos que van pudiendo…
Sí, ya te digo: esto parce
una infección viral, ahora que pasamos la del ébola.
Estas no son más que unas letrillas de escribidor, de opinador chiquito, de dibujador voluntarioso, pero con las que quiero rendir homenaje a los que ejercen noblemente el oficio del periodismo, cuyo patrón, san Francisco de Sales se celebró ayer día 24 de enero.
Yo que he arribado con mis crónicas (sin ser arribista) a este ejercicio del contar, espero hacerlo de manera acertada, o al menos amena, pues tu tiempo, amigo lector, me merecen todo el respeto.
Que san Francisco nos conserve los ojos para ver, el lápiz para escribir,y la goma para borrar.
Y la memoria para no olvidar nuestros errores.
Ángel de Arriba Sánchez.
El Escribidor del Tormes