Si logras
cruzar con tus tropas el río Halys,
destruirás
un poderoso imperio.
Respuesta
del oráculo de Delfos a Creso, rey de Lidia,
Año 546
antes de nuestra era.
Cada año, desde
hace mucho, llegadas las páginas de lino que se gasta el verano, me siento
griego.
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Ilustración que hice con motivo de las elecciones griegas de enero de 2015. Publicado en el periódico digital Salamanca Rtv al Día. En España, algo de eso de mover la cama a los partidos tradicionales se ha producido en las elecciones municipales y autonómicas del 24M. ¿O no? |
Esto me ocurre
desde los trece, o los catorce años de mi edad, cuando adquirí dos libritos de
permanente relectura desde entonces en mis estíos, y que son de los más
queridos de mi biblioteca. Hablo de “Historia
de Roma” y de “Historias de los griegos”, del autor italiano Indro Montanelli (Fucecchio, Florencia, 22 de abril de 1909 -Milán, 22 de julio de 2001). El propio autor
explica la sutil diferencia de los rótulos de sus obras: “…de Roma”, y “…de los
Griegos”, y cuenta que su intención no fue evitar la sosa repetición del
tituleo, sino remarcar que, si bien Roma fue una historia de pueblo, de nación
en piña, de soberbio imperio de oficio de hormigón…, la de Grecia es, sobre
todo, de hombres, de individuos de terca individualidad que vivían en
singulares polis independientes, en colonias prófugas y muy suyas, y que
pasaban los siglos entretenidos en azarosas contiendas entre sí por quítame
esas pajas, más que por propósito de hacer argamasa en sus cartografías.
Por aquel entonces
del que cuento, yo vivía en Sequeros, en
la Sierra de Francia salmantina, y
ya sabía de los griegos por mis libros de la EGB. Sabía de ellos, sí, y los
buscaba con la natural inclinación que buscan en los pilones el agua las
caballerías. Así que me costó la paga de diez duros durante siete semanas, pero
me hice con los libros, y los consumí con fiebre lectora bajo las amables
sombras de los álamos, que aún no habían sucumbido a la grafiosis, de nuestro
peculiar parque de “El Barrero”.
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Mi viejo libro. Edición de Plaza & Janes, 1963. El pobre está tan gastado, que cada vez que me ve asomarme a él, sus páginas salen corriendo. |
Y así se me iban en
mis hojeos las mañanas y las tardes, ignorando los peloteos del fútbol de mis
amigos, los sucedidos que nos contábamos en la pandilla, el tanteo a las
hermosas chicas veraneantes, el rodar bicicletas por los montes, o las zambullidas
en las pozas del río. Y no por abulia estacional o de carácter, no, sino porque
andándome yo en el secreto de las aguas de
Heráclito, en el compadreo de los
números de Pitágoras, escuchando
algo de las pláticas de Sócrates, de Aristóteles y de Platón; conociendo los amores versados de Safo, sabiendo de nereidas líquidas y otras ninfas de bosques, teniendo
noticia de las rodadas que con su carro hacía Apolo por el cielo; viendo los
grandes regates guerreros de Leónidas en las Termópilas, o los de los héroes de Salamina,
o los que daba, tanto en el área chica
como en la grande de los céspedes del mundo el sin par Messi, perdón, que digo Alejandro…
Andándome yo por
todo aquello, me decía ufano: ¿para qué necesito la consabida cosa de mi pueblo?
Y por entonces
Dionisos no estaba en la casa, aunque, en las carnes mías y en las de las de los
de la pandilla, ya se le esperaba sin saberlo, y teníamos albañiles que
pavimentaban en nuestra sangre las
calles por donde lugo procesaría.
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Ilustración publicada en el diario digital Salamanca Rtv al día. Febreo de 2015. ¿Quién sale y quién entra en esta cosa? Hoy, 5 de julio de 2015, se sabrá. |
Y ocurre que hoy, 5 de julio de 2015,me siento más
heleno que nunca, porque mientras echo estas letrillas de opinión por los
mediterráneos virtuales estos, los griegos, los de hoy, están haciendo una cosa
que inventaron, como tantas: preguntar sobre los asuntos de la Polis al pueblo.
Toda esta semana he
estado pensando en este asunto. Todos los días buscando crónicas en los
diarios, artículos de premios Nobel, opiniones de expresidentes, de presidentes
presidenciales, y demás gentes que en esto tienen escudos de armas.
Y esto para qué,
dirá el otro. Quién te manda, si en el fondo ni nos va ni nos viene, insistirá
con un pasotismo que no llamaré olímpico para que no os vayáis a creer que hoy
estoy sembrado.
Ayer leí una
entrevista sin desperdicio (casi una arenga guerrera) al ministro griego de
finanzas Yanis Varufakis, este
hombre arduo en ardires que nadie sabe si creer por si te viene con lo del
caballo de Troya, y a mí me pareció el Ulises
de la odisea que se traen las finanzas comunitarias, (Irene Hdez Velasco, El Mundo, 4 de julio de 2015). Antes, durante la semana, había
leído opiniones varias de los premios Nobel norteamericanos: Paul Krugman, y Josep Stiglitz, ambos contrarios a que Grecia acepte las condiciones
de la troika y claramente postulados en el no en el plebiscito heleno de hoy.
Igualmente esclarecedor me pareció el artículo de Javier Albisu ( El Norte de Castilla, 3 de julio de
2015) sobre la opinión de Thomas Piketty,
economista francés, y autor de un ensayo de exponencial éxito (2 millones
de ejemplares) sobre el incremento de la desigualdad en estos tiempos de
pertinaz crisis en la que nos andamos, y nos andaremos tú, yo, y el otro
currito: “El capital en el siglo XXI”,
libro que ya me estoy buscando, por muchas semanas que me haya de quedar sin
paga para tenerlo. Aquí el autor, muy comedido, habla de lo mala que es la
propuesta de la troika, que hay otros caminos argumenta, y que hay que
andarlos, y que la salida de Grecia del euro sería una catástrofe para Europa,
literalmente el inicio del efecto dominó de su fin.
También leí aquí y
allá las opiniones de los egregios, esos ex que tiene cada país a los que les
sale tanto olor papal (de infalibilidad), y los que de vez en cuando se sueltan
un cuesco mediático con tufillo legislativo, y muchos cuartos en conferencias. Y
daré razón de la de Felipe González
Márquez, (El País, Cecila
Ballesteros, 2 de julio de 2015), porque el hablar de lo que ha dicho José María Aznar, no es que me de risa;
es que voy ya con prisa. Y bien, Felipe, metido últimamente en loables asuntos
venezolanos, dice que los del referendum del presidente Tsipras, es un error, pues, cuando se elige a alguien, no debe salirse en la primera curva. Y yo también lo creo, pues el gobierno ha sido
elegido para tomar resoluciones, no para volver a preguntar en cada cosa de la
casa.
Claro que, me digo,
si el señor Aznar nos hubiera preguntado a los españoles si queríamos ir a
pegar tiros a Irak con el tejano y el Toni, tal vez, pienso, muchos se lo
hubiéramos agradecido.
También, acuérdate,
nos preguntaron si queríamos la Democracia aquella y ésta de la que
disfrutamos, cuando aún rugían, como luego salieron a dar zarpazos, los tanques
en los cuarteles patrios… Cosas de troikas de generales eran aquellas, me dice
un adepto. Pero quita, quita, le digo, que esta transición en la que se andan los griegos, es de otro palo; acaso
de uno que no viene ni en la baraja.
Y de lo que dice
nuestro presente, el presidente Rajoy, al
que no le adivino nada de griego, fíjate, ni de céltico, aunque sí gallego, y dada la cosa de que me lo preguntas, y dado
su flema británica, y su concienzudo registro de las propiedades germanas, como
que no le veo muy ibero.
Pero te diría, si
me hubiera traído la pantalla de plasma, que no lo ha hecho mal en los corrales
de la España. Aunque, esto, si me lo permites, te lo pongo otro rato en
diferido.
Yo, y esta ya es mi
opinión, pienso que lo que ocurra hoy en
Grecia es vital para ellos, y para todos los europeos, que a todos nos afectará
lo que hoy ocurra, pues se está jugando saber si los ciudadanos seguimos teniendo derechos políticos, o nos hemos quedado en meros peleles pagafantas de las decisiones
de nuestros mandatarios pasados, presentes, ay, y futuros, y de los interminables
juegos de las bancas y finanzas mundiales.
Como iniciaba
termino: cada verano me da por ponerme sandalias y la túnica solar de las
letras y sentirme griego. Y hoy más que nunca, que me traigo un Nai, Oxi, Nai,
Oxi, Nai…, que no me aclaro.
Será que como tú, y
como los anónimos ciudadanos de ese mi querido país, solo alcanzamos a saber que no sabemos nada.
Pero te dejo, que
siento música de Mikis Theodorakis, y quiero volver, a meterme en las páginas
del maestro Indro; aquellas en las que había un sabio gobernante llamado
Pericles, y, ya lo sabes, yo era griego.
Publicado en el periódico digital
Salamanca Rtv al Día
Domingo, 5 de julio de 2015.
Ángel de Arriba
Sánchez
El escribidor del
Tormes
Posdata: En la cita
del inicio, Creso, el rey lidio, hizo caso al oráculo, cruzó el río y atacó a
Ciro el Grande de Persia, y así cumplió el vaticinio: destruyó un imperio.
Claro que, éste fue el suyo. Así se las
gastaban los de Delfos, y él sería el último rey del próspero país Lidio.
Yo no sé quién
habrá acudido a los oráculos de las finanzas en esta contienda europea, si
Tsipras y Varufakis, o Merkel y compañía.
El río se ha
cruzado, esperemos que en esta ocasión no sucumba ningún imperio: ni el de las
monedas comunales, ni el de los comunes derechos de los ciudadanos.
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Fotografía de Sakis Mitropilidis ( AFP) El País, 4 de julio 2015. ¿Por qué este hombre que ha trabajado toda su vida, seguro que en un oficio humilde, pero digno, se ve así con su libreta de ahorros y su DNI por los suelos por no poder sacar su pensión? ¿Cuánta plusvalía se están levando los cherifontes de la banca mientras tú, yo, y el otro currito andamos por las aceras de la realidad? Me llega, me llega esta foto...
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Nota del martes 7 de julio de 2015:
El Referendum realizado el pasdao domingo 5 de julio, dio una clara victoria a los partidarios del NO ( 61, 3 % No, 38, 7 % SI ) y de esta manera se aceptaba la postura del gobierno de Tsipras de rechazar los términos de la Troika.
Ayer lunes,día 6, el ministro griego de finanzas Yanis Varufakis , despues de la victoria de su postura, dimitió para facilitar las negociaciones. Se fue en olor de multitud de sus compatriotas, y dejando un gran descanso por las sedes europeas. Antes de irse dijo: "Llevaré con orgullo su odio".
Yanis cruzó el río Halys, y destruyó, como Creso, un imperio: el suyo, el de su puesto de ministro...
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Despedida de Yanis Varufakis. El Mundo, martes 7 de julio de 2015. Foto AFP |
¿O no ha sido así?
Ciro, el rey de Persia derrotó a Creso y, como era costumbre en aquellos tiempos,preparó una pira para ofrecer su prisionero a sus dioses por la victoria. Pero el rey Lidio comenzó sobre la leña a hablar de Solón, el sabio gobernante de Atenas, con tanta pasión que al rey Persa le entraron ganas de saber más de aquel legislador tan magnífico. Y perdonó la vida a Creso, y durante el resto de su vida lo mantuvo como protegido en su palacio.
A Varufaquis, a pesar de su derrota dulce ¿No le ocurrirá lo mismo? ¿No se pegarán las universidades para que les vaya a dar conferencias? ¿No se lo rifarán los medios?
La historia es apasionante. El presente, ya veis, amigos, no tiene por qué serlo menos.