miércoles, 31 de julio de 2013

Por vías de tinta

Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé!
LOS HERALDOS NEGROS
César Vallejo


Ilustración de Jenny Schepers.
Hoy hace  una semana del accidente ferroviario de Santiago de Compostela.

Recuerdo que faltaba poco para las nueve de la noche del pasado día 24 de julio cuando encendí el televisor, y al poco,aparecieron las primeras imágenes de la catástrofe. 

Contado así, parece que quiero decir que si aquel miércoles no hubiera encendido como de costumbre el aparato, nada hubiese ocurrido en la prodigiosa Galicia. 

Será que este escribidor tiende a la mentalidad mágica, cosa propia de la afición a las letras, por lo demás; aunque  nadie debería recriminármelo, pues todos, de alguna manera, tenemos esa tendencia soterrada a lo maravilloso…

Ésta se nos manifiesta, por ejemplo,  cuando nos enteramos de que fulanita o menganita ha fallecido, que enseguida decimos: “¡No puede ser, si ayer mismo estuve con él/ella…!”. Y lo decimos incrédulos; como si nuestro encuentro con el finado fuese suficiente garantía de inmunidad para cualquier fatalidad.

Así que sí: en lo profundo de mí me hubiera gustado no haber encendido la caja tonta, y que las meigas no estuvieran aún dormidas a aquella hora  en los bosques gallegos, y que un duende, o trasgo travieso hubiese bloqueado una llamada de teléfono en particular, y que el pronunciado bostezo de una curva no se hubiera comido tantas vidas viajeras.

Pero las cosas pasan, y los manuales de magia fallan más que una escopeta de feria. Aunque eso sí, a pesar de que los hechos acontecen objetivamente, luego, cuando cada uno de nosotros los interiorizamos, vuelven a acontecer a nuestra sensible y peculiar manera.

Viñeta de JM NIETO, diario ABC, 26 de julio de 2013.

Es lo que quisieron decir Idígoras y Pachi en la hermosa viñeta que publicaron en el diario EL MUNDO el 26 de julio. En ella se ilustra un camino que discurre por un campo verde, qué duda cabe que gallego, por el que caminan dos peregrinos cabizbajos, se adivina. El texto que los dibujantes han puesto reza: “Tragedia ferroviaria en Galicia: 80 muertos y 40 millones de heridos”.

Viñeta de IDÍGORAS y PACHI, diario EL MUNDO, 26 de julio de 2013.


Y he aquí que este dibujo, estos pocos trazos de tinta, impreso en un papel arrugado, doblado, manoseado y manchado por los desayunos de los parroquianos del bar, me inyectó una dosis de magia emocional de la que andaba tan escaso, y que para sí la quisiera Harry Potter.

Y como soy uno de esos 40 millones de heridos españoles, pues lo que pretendo es contar en esta entrada mi vivencia particular de la tragedia.

Viñeta de AJUBEL
 diario EL MUNDO, 27 de julio de 2013.

Durante toda esta semana he visto en las redes sociales idas y venidas de las muestras de dolor de los demás afectados por la tragedia y comprobando la hermosa y triste verdad de la viñeta de Idígoras y Pachi.



He visto también a los locutores estrella de los informativos de las principales cadenas de televisión desplazarse hasta el mismo escenario del siniestro, en un ejercicio de negación de la magia informativa, como si sólo viéndolos a ellos sobre un trasfondo de hierros retorcidos de vagones,  nos fuéramos a creer lo acontecido.

He escuchado a los tertulianos de los programas matinales, en radio y TV, esos opinólogos en nómina que lo mismo cascan de una cosa que de la contraria, y todo lo embarullan, y he comprobado que sufrimos una inflación informativa tremenda: que no nos creemos ni sentimos las noticias si no nos dan carnaza.

He leído la prensa y creo que en general se salva de esta tendencia mediática, aunque algún diario también ha cometido sus excesos y distorsiones. Por los artículos publicados en ellos me he ido enterando, día a día, de los detalles del suceso.

Hoy ya todos sabemos casi todo.

Sabemos de los héroes nada anónimos del barrio de Angrois que saltaron a las vías a socorrer; sabemos de esforzados bomberos con niñas en los brazos; de la insobornable voluntad de los chicos y chicas de la Cruz Roja, de  ambulancias en la noche, de sistemas de frenado, de que por allí han ido los políticos, de una llamada de teléfono y la desatención del conductor…

Viñeta de RAÚL ARIAS , como
ilustración de un estupendo artículo de
 Arcadi Espada.
Diario EL MUNDO, 27 de julio de 2013.
Hemos visto muchas imágenes, fotografías, fotogramas de una secuencia fatal y desquiciada.

Hemos visto los retratos de las víctimas, sabemos de sus nombres, de sus biografías, y sabemos que cada uno llevaba sus sueños en las maletas, y el común sueño de abrazar, de besar a alguien en el andén de la próxima estación.

Sabía, iba sabiendo más y sentía, y ha llegado un momento que me ha parecido demasiada realidad.

Este escribidor, como ya se ha dicho, tiende a la creencia de que una palabra, una frase, un poema, un texto, un libro, unos compases musicales, pueden obrar el sortilegio de cambiar la realidad a mejor, por un segundo, por una hora, por un día...

Y que esa reacción alquímica que se nos produce en el sentimiento cuando leemos, escuchamos, olemos, la poseen los dibujos, las imágenes…en eso también creo.

Por ello me centro en esta entrada en los dibujantes de viñetas de los periódicos, en esos oasis de sensibilidad, crítica y creatividad - que esto es el buen humor o el testimonio gráfico- que uno encuentra en los bordes del camino de las páginas de los diarios, abreva allí la quieta magia del dibujo, y sigue su prosaico camino con un proyecto de felicidad para ese día.

Sé que la realidad es que fue una  trágica sucesión de errores empresariales, descuidos humanos, y dejadeces políticamente correctas, las que  hicieron que hace una semana ocurriera aquella fatalidad, evitable, pero no por la inefable magia de que aquella atardecida ninguno de los 40 millones habitantes del país hubiésemos encendido el televisor en aquella precisa  hora.

Sí, sé que los sucesos producen mucha realidad, y la realidad a menudo hiere, y que 40 millones de heridos no resucitan a una sola de las 79 víctimas de una tarde malhadada.


Ilustración propia, en memoria
de las víctimas del accidente ferroviario
producido en Santiago de Compostela,
el 24 de julio de 2013.
Sé que para el duelo de los supervivientes, de los familiares de las víctimas y de vosotros, "cosufridores" de la tragedia, solo tengo palabras de brisa, y dibujos. Este es mi leve tributo, el que entrego con timidez; con respeto, como entregan los niños sus trabajos escolares para las fechas señaladas.


Pero vayan al aire estas palabras y dibujos, como por vías de tinta, a quien los quiera acoger, porque aunque el arte acaso sea solo deseo, sentimiento, leve bálsamo… también sé que a veces es lo único que nos queda para curarnos.



Viñeta de PUEBLA, diario ABC, 26 de julio de 2013.






4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por tan sensible y mágico tributo. Desde Galicia una lectora.

Ángel de Arriba Sánchez dijo...

Gracias Amiga, por leer mi entrada y dejar tu motivador comentario. Un saludo, y hasta la próxima...

Anónimo dijo...

Sentido homenaje. Que las meigas de nuestra Tierra te acompañen siempre...!

Ángel de Arriba Sánchez dijo...

Gracias Amig@, no estaría nada mal que las Meigas gallegas me echaran una mano...